Tómatelo con calma

SARAH

Llamé. No contestó.

Y estaba a punto de ponerme triste y empezar a preguntarme por qué no respondía, tal vez incluso hacer un pequeño berrinche en mi cabeza, cuando él devolvió la llamada.

—¿Hola? —contesté rápidamente.

—Hola, esposa —respondió él, y esa palabra, esposa, me llegó directo a...

Inicia sesión y continúa leyendo