Siempre lo haré

SARAH

Sin dudarlo, me encontré moviéndome hacia mi padre, atraída por el peso en su voz. Me acerqué y cuando me señaló la silla frente a él, me senté.

—Ángel—comenzó, firme y deliberado—, escúchame. Puede que no estés embarazada... y estoy seguro de que no lo estás. Sé que esperas estarlo, así que...

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