No solo

SARAH

—Sarah—La voz de Cullen es firme, pero lo suficientemente suave como para atraer mi mirada hacia él—. ¿Puedes tomar mi mano?

Lo hago. Lentamente. Mis dedos tiemblan mientras se entrelazan con los suyos.

—Mírame—dice—. Mírame a los ojos ahora mismo.

Me obligo a encontrar su mirada.

—No qui...

Inicia sesión y continúa leyendo