Libro 2: Capítulo 15

Heidi

Sus garras eran largas y curvadas. Tenían un brillo reflectante como las de abuelo. Ella lo enlazó y él asintió. —Ah, yo habría sido más feroz. Hijo, tienes una buena cabeza sobre tus hombros, digna del título de Terrenal —dijo levantándose. Ninguno de los lobos se levantó hasta que lo hizo e...

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