Seré tu compañía tormentosa

—Abuela, estoy en problemas —repite con urgencia, asomándose nuevamente por la ventana—. Han venido por mí, ¡son ellos!

La abuela de Adelle, con un rostro arrugado por la preocupación, se acerca a la ventana. —Pero, ¿quiénes son, mi niña? No reconozco esa camioneta.

—Son de la mansión McCarthy, es...

Inicia sesión y continúa leyendo