Mi cama es espaciosa, puede dormir junto a mí.

Adele comía pensativa, la ponía nerviosa saber que él quería hablar con ella, y lo peor era que sentía su mirada sobre ella, lo que la inquietaba.

—También come la sopa —le ordenó él, y ella soltó un largo suspiro. En ese momento, Emmanuel la observó y le pareció ver a una niña luchando con sus ali...

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