Nuestros cuerpos deseaban amarse sin parar

—Para nada, señor McCarthy —lo mira directamente a esos ojos verdes que le causaban intriga—. Me parece normal, las coincidencias existen, ¿no?

—¡Exijo una explicación!

—¡Usted lo que está es abrumado con mi presencia! ¿No será que le gusto? —sonríe—. Y no tolera tenerme cerca porque soy irresistibl...

Inicia sesión y continúa leyendo