Es una perdición

Un grito ahogado escapó de los labios de Rebeca, un lamento que se mezcló con el gruñido gutural de Ares. El dolor fue agudo, punzante, una sensación desconocida que la hizo aferrarse a los hombros de él con una fuerza desesperada. Sus uñas se clavaron en la piel de Ares, dejando marcas que él apena...

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