CONFESIÓN

—Olegda, tengo una confesión—, respiró hondo y continuó. —Estoy enamorado de ti—.

Olegda lo miró con expresión sorprendida. Ella estaba totalmente sin palabras. ¿Cuando? ¿Cómo? ¡Oh sí! ¡Esto es una broma! ¡Sí, definitivamente una broma! Ella dijo.

—Oh, Ethan, por favor para. No es gracioso—. Ella ...

Inicia sesión y continúa leyendo