Quiero que vengas esta noche

—Jenny, estamos aquí para ti —la tranquilizó David—. No dejaremos que nada te haga daño. Solo necesitamos entender qué pasó esa noche. ¿Puedes contarnos lo que viste?

Jenny respiró hondo, reuniendo su valor. Con cada palabra, su voz se volvía más firme, su miedo dando paso lentamente a un rayo de e...

Inicia sesión y continúa leyendo