Primera noche

Richard se quedó congelado al verla sentada en la cama de manera tan sensual, llamándolo hacia ella. Parecía que Adela era una seductora, una tentadora que hechizaba sin esfuerzo a todos los que tenían la fortuna de posar sus ojos sobre ella. Era una visión de deseo, una mujer que no temía abrazar s...

Inicia sesión y continúa leyendo