El dragón rojo

Mientras el dragón se movía, su sinuosa cola barría el aire, dejando un rastro de chispas a su paso. El suelo bajo sus pies temblaba, y el calor abrasador que emanaba hacía que la tierra misma se agrietara y marchitara. Era una criatura nacida de los elementos, una encarnación viviente del fuego y l...

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