No soy esa vieja Camilla

James se quedó en silencio después de escucharlo, y después de un rato dijo:

—Está bien, entonces guárdalo tú. Creo que lo mantendrás a salvo.

Camilla esbozó una sonrisa y asintió.

—Gracias, mi príncipe.

James saltó del Cíclope y se alejó; parecía cansado. Camilla y Max seguían de pie sobre el C...

Inicia sesión y continúa leyendo