Estuvo bien, padre

Adela, llena de afecto por su devota sirvienta, se acercó a Elisa con una sonrisa.

—Yo también te extrañé, Elisa —respondió, sus palabras cargadas con la calidez genuina de su vínculo.

El patio ahora estaba lleno de actividad mientras aquellos que se habían reunido para dar la bienvenida a Adela c...

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