Alfred, vamos

Alfred desabrochó el abrigo de Veronica sin esperar su consentimiento. Observó que su túnica blanca se volvía roja. Cuando Veronica vio a Alfred en esa posición, tomó su mano mientras su mirada permanecía congelada.

—Estoy bien, cariño. Es un corte leve.

Alfred apretó los dientes y levantó su vest...

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