Fue mi mala suerte

Draven gimió y se dejó caer en el sofá. Sonrió y añadió:

—Padre, no necesito mucho. Tú entiendes mis expectativas hacia ti también.

Adam recibió una sonrisa sarcástica de Draven. Entendió la astuta sonrisa en el rostro de Draven. Inquirió con calma mientras estaba sentado en el sofá frente a Drave...

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