Extrañando su cuerpo blando

Tomé una respiración profunda, tratando de recuperar el aliento, antes de soltarla. Me acerqué a la marca, que casi se estaba desvaneciendo.

—Mía—gruñó mi lobo al notar su piel suave. Aún me costaba creer que esta mujer perfecta frente a mí era toda mía, no de nadie más, solo mía.

—Te ves muy herm...

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