133

Esperanza

Gruesas cuerdas de semen golpeaban el fondo de mi garganta una y otra vez, y mi garganta trabajaba rápido para tragarlo todo. Cálido y pegajoso, se deslizaba fácilmente, cubriendo mi garganta como la medicina más deliciosa.

Nunca había disfrutado realmente tragar antes, aunque sí me gust...

Inicia sesión y continúa leyendo