Epílogo: 2 años después

Esperanza

Miré a Lincoln, que se veía ridículamente guapo con su esmoquin, y mi corazón dio un vuelco. No de miedo o nervios, sino porque lo habíamos logrado.

Habíamos salvado el mundo, ni siquiera estaba segura de cómo, pero lo habíamos hecho.

Claro que no supimos que lo habíamos hecho hasta aye...

Inicia sesión y continúa leyendo