Capítulo 35

Algo estaba mal.

No sabía qué, pero sabía que era algo. Una inquietud recorría mi piel, haciendo que cada vello de mi cuerpo se erizara.

Me froté los brazos distraídamente. Hoy hacía calor, pero no tanto como para ser incómodo. Así que no llevaba mi habitual Norton de negro sobre negro y mis brazo...

Inicia sesión y continúa leyendo