Capítulo 36

El aullido gruñido fue tan fuerte que me hizo mirar hacia arriba antes de poder detenerme y grité. Lo cual dio a los alfas atacantes la oportunidad que necesitaban. El más cercano, un tipo grande y corpulento que apestaba a pescado, avanzó y yo balanceé la silla en un intento de defenderme a mí y a ...

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