Capítulo 48

Esperanza

Conocía la ciudad como la palma de mi mano. O al menos solía hacerlo. Habían pasado más de doscientos años desde que nací y muchas cosas habían cambiado. Yo había cambiado. Cuando tienes que sobrevivir en una época para la que no estás destinado, tienes que hacerlo.

Pero conocía la calle...

Inicia sesión y continúa leyendo