CAPÍTULO 32: Las preguntas difíciles...

Bajo el agua que cae de la ducha, me siento mejor al instante. Me lavo la suciedad, la sangre y el sudor. Sintiéndome como un hombre nuevo, llamo a mi papá.

—Oye, ¿me puedes pasar una toalla?

—Aquí tienes. ¿Necesitas ayuda para secarte?

—Eh, no. Yo puedo.

—¿De repente te da vergüenza? No tienes ...

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