CAPÍTULO 38: Tan embarazoso...

En cuanto llegamos a la casa principal, veo a mi papá en el porche con los brazos cruzados y una enorme sonrisa en su rostro. Mierda. A Celeste no le va a gustar esto.

—Randol. Por favor, dime que estoy alucinando y que tu papá no está en el porche con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Quieres que t...

Inicia sesión y continúa leyendo