CAPÍTULO 48: Es el destino...

Ya estoy de pie en la entrada cuando el coche se detiene. Cuando veo a Celeste bajar y sonreír, mi corazón finalmente se libera de la tensión que ha tenido desde que se fueron. Ella corre hacia mí y me abraza fuerte, como siempre lo ha hecho. El alivio inunda mi cuerpo al ver con mis propios ojos qu...

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