Capítulo 20 La cicatriz del destino

El eco de la criatura aún retumbaba en mis huesos cuando abrí los ojos. El altar frío bajo mis rodillas me devolvió a la realidad. El aire olía a ceniza y sangre, el fuego rugía alrededor como si quisiera devorarme.

Dante estaba frente a mí, arrodillado, con el rostro ensangrentado pero sus ojos...

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