Capítulo 23 Fuego y hielo

El amanecer llegó gris, oculto tras nubes cargadas de tormenta. Afuera, las campanas de Verona repicaban con un ritmo extraño, como si anunciaran un funeral anticipado. Cada tañido parecía un presagio, un recordatorio de que algo estaba por romperse en el mundo y dentro de mí.

Me vestí en silenc...

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