CAPÍTULO 272

—Alguien parece furioso— comentó Nic mientras entraba a nuestro dormitorio, cerrando la puerta de un portazo.

—Estoy bien— respondí entre dientes, aunque mi cuerpo temblaba de ira y ansiedad abrumadora.

—Uh oh— exhaló, yendo a dejar al bebé. —Ven aquí.

—No necesitas dejarlo, estoy bi–

—Ven aquí,...

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