Capítulo 124 Emboscado Parte 2

—¡Maldita sea, Reyyan! No sabes cuánto te he deseado todos estos días —confieso sin dejar de embestirla, inclino un poco su cuerpo y una de mis manos sube hasta sus senos, los cuales aprieto deseoso por sentirlos entre mis labios.

Observo su rostro a través del espejo y por la forma en que muerde su...

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