Capítulo 101 seguido

Maggie

Los lobos estaban inquietos.

Sus aullidos descendían por la montaña como una fiebre rompiéndose, cada uno lo suficientemente afilado como para cortar la piel de la noche. La Luna de Sangre aún no había alcanzado su punto máximo, pero su resplandor ya empapaba las copas de los árboles en e...

Inicia sesión y continúa leyendo