CAPÍTULO 80 Bolas de naftalina

Zuri

Mientras Maverick estaba en el teléfono, le hice señas a Smith para que me siguiera hacia la nave.

Maverick estaba tranquilo—demasiado tranquilo—para un hombre cuyo compañero estaba en manos de un monstruo. Podía escuchar su voz baja desde la oficina del pastor, firme y segura, dando órdene...

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