Capítulo 113

La mañana carecía de luz solar.

Solo niebla.

Densa. Pesada. Equivocada.

Descendía de la montaña, rodando como un vapor lento de una fuente antigua y luego penetrando en los huesos del valle a través de árboles y piedras.

Los pájaros no cantaban.

El viento no se movía.

El fuego no ardía más alt...

Inicia sesión y continúa leyendo