Capítulo 194

La casa respiraba tranquilamente en la quietud de la tarde. El lento murmullo de la vida ya no exigía ruido o movimiento. En cambio, prosperaba en el silencio entre los espacios donde nada urgente sucedía, pero todo se sentía profundamente vivo.

Mara deambulaba por los pasillos, sus dedos rozando s...

Inicia sesión y continúa leyendo