Capítulo 86

La noche era como una segunda piel.

Pesada.

Incómoda.

Imposible de quitar.

A pesar de que Ronan estaba sentado justo a mi lado, el frío se filtraba en mis huesos.

Pero no era el frío del viento ni de la escarcha.

Era Kael.

Era algo que él había dejado dentro de mí.

Y estaba creciendo.

Ronan no había...

Inicia sesión y continúa leyendo