Ciento cuatro

—¡Respóndeme! ¿Te acosaron y te empujaron al suelo y te arañaron la espalda? ¿Alguna vez te torciste el tobillo? —Seguía con las preguntas, sus ojos ardían de furia.

—Madrastra, yo...

—No estaba hablando contigo, Barón. —Levantó una mano para interrumpirlo—. Ahora tú, Katherina, respóndeme.

—Yo... y...

Inicia sesión y continúa leyendo