Treinta

Mamá me abrazó tan pronto como me vio.

—Lo siento mucho. Escuché que no estabas bien, debería haber venido a verte.

—Está bien, mamá, lo entiendo.

—Me siento tan culpable ahora mismo. Siento que te estoy abandonando.

—Oye, no lo estás haciendo. Tenías cosas importantes que hacer. Eres la nueva L...

Inicia sesión y continúa leyendo