Te creo

—Hola, mejor amiga.

—Buenos días, Katelyn.

La abracé de vuelta. Su abrazo fue fuerte y parecía feliz. Bueno, al menos una de nosotras durmió bien. Suspiré. Estaba tratando con todas mis fuerzas de no recordar que en tres días se esperaba que me mostrara al público.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien. No ne...

Inicia sesión y continúa leyendo