Capítulo 238

La perspectiva de Aeson

Ella sonrió, una lenta y malvada curva en sus labios.

—Te habría matado por lo que hiciste... —comencé, pero ella me interrumpió.

—Pero no puedes, Aeson —dijo con certeza, revelando que odiaba sonar como un disco rayado. Su voz era una trampa sedosa. Comenzó a rodearme, en...

Inicia sesión y continúa leyendo