Capítulo 30: La luna de sangre

El día apenas estaba lleno de actividades para Olivia. Una vez que terminó de bañarse y vestirse, regresó al comedor, pero no se sorprendió al ver que los dos hombres se habían ido.

Su plato estaba a medio comer, pero había un plato en el extremo de la mesa que había sido cubierto cuidadosamente.

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