215 - Deberías estar enojado

—¿Lo soy?

Estaba respirando con dificultad, cerrando y abriendo los puños.

—¿Te parezco un santo? —Su voz había perdido su dulzura.

—¿Cómo llamarías a esto?

Un momento de silencio pasó entre ellos. Ella ajustó su manta y se acostó sobre ella. —Deberías dormir, lo necesitas.

Él se burló, sus puñ...

Inicia sesión y continúa leyendo