Capítulo 28

La alegría que me trajo el partido de hockey duró varios días. Estaba de mejor humor que en mucho tiempo.

Bajando a desayunar una mañana, iba cantando para mí misma, y me sorprendió la presencia repentina de Armand frente a mí.

—¡Oh! ¡Hola! No te vi ahí. ¿Cómo estás? —Armand no había estado mucho ...

Inicia sesión y continúa leyendo