Creando una mafiosa

Dante

Unos días después, camino por el tranquilo piso principal de Piacere unas horas antes de abrir, con Tony a mi lado.

—Así que esto es todo, entonces —dice—. Finalmente has perdido la cabeza.

Me río. —No he perdido la cabeza. Simplemente no estás viendo el panorama completo.

—Oh, está bien. —Le...

Inicia sesión y continúa leyendo