Cobarde

Tatiana

El odio en la mirada de Oleg me atraviesa, sus fosas nasales se ensanchan mientras se frota las manos sobre la cara, y es suficiente para hacer que mi estómago se revuelva. Pero no me arrepiento de nada de lo que le dije. Lo haría todo de nuevo si supiera que tocaría un nervio. Puede pare...

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