Una aventura de una noche

La puerta se abre de golpe, y me sobresalto desde la posición fetal en la que he estado acurrucada desde que Luca se fue. Ni siquiera me he abotonado la blusa.

—Bueno, realmente esperaba ver ese coño tuyo, pero tus tetas tendrán que bastar.

Lo miro sin expresión. No digas nada que pueda lastimar a...

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