Paseo de la vergüenza

Eleni

Salgo por la puerta principal de Piacere sin mirar al escenario, donde la subasta aún continúa, ni a la fila de personas afuera. La gente—hombres—de ambos grupos me abuchean, pero los ignoro. El sobre con el dinero pesa en el bolsillo interior de mi chaqueta. Cincuenta mil dólares. Me apresur...

Inicia sesión y continúa leyendo