Reina de los Santos

Dante

Me deslizo en una cabina en La Dolce Vita, un restaurante italiano al que no he ido desde antes de que Frank Lombardi matara a mi padre, e inhalo el aire con olor a ajo.

—Bueno, ¿verdad? —Tony se sienta a mi lado—. He estado por aquí las últimas dos semanas.

Le lanzo una mirada.

—He estado...

Inicia sesión y continúa leyendo