La verdad

Eleni

Me paro detrás de la silla al otro lado del escritorio de Dante y lo observo, afortunadamente con la camisa abotonada de nuevo, acomodarse en el suave cuero rojo del asiento del jefe. Parte de mí quiere salir corriendo de la habitación antes de que abra la boca. Ya tomé una decisión. Me voy. ...

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