Aquí y allá

Una semana después de que mamá llegó, caminamos por South Beach con las sandalias en las manos, mirando el agua hacia el Verrazano.

—Y entonces Adriani dijo, 'si vuelves a coger otra naranja de ese hombre, las clavaré en su puerta y dejaré que las calles se llenen de jugo de naranja!' —dice mamá.

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