Capítulo 118 ¡NO ME INTERESA!

Esteban se quedó observando cómo el hombre y la mujer eran golpeados; recibían un golpe tras otro hasta que sus rostros estuvieron cubiertos de sangre y heridos en varias partes.

—¡Por favor, deténganse! —lloraba el hombre.

—Imagino que ellas también te pedían que te detuvieras —dijo Esteban con fri...

Inicia sesión y continúa leyendo