Capítulo 31 Susto de muerte

El ruso rodeó su cintura y salieron del lugar. Al abrir la puerta de la habitación, se encontraron con varios de los hombres allí esperando.

—Nos vamos al hotel —con solo decir aquella frase, los hombres asintieron y se distribuyeron para rodearles.

Le recordó a Esteban Bellancinni con sus guardaesp...

Inicia sesión y continúa leyendo